1500 Caracteres


Foto Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas.

La entrega de los premios Oscar podría resumirse en el sutil arte de quedar bien con Dios y el Diablo en el lunario.

La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas suele moverse en uno de dos sentidos: o se rinde totalmente a una película y le da hasta las llaves de la bodega de escobas, o reparte premios para que todo mundo se vaya a casa feliz y los amen. Eso pasó la noche del domingo.

Hay variables indispensables a tomar en cuenta para entender cómo es la cosa: los Oscares son una mezcla de circunstancias que la mayor parte de las veces trasciende a lo meramente cinematográfico, lo que deviene en decisiones que muy a menudo nos dejan dudando, patinando que dicen. 

Allí entra en juego la inversión a futuro. Es darle premios a quienes van en ascenso y serán sus cartas de taquilla en años próximos, y mandar a casa a los/as grandes veteranos/as con las manos vacías (sorry, Glenn) a la espera de darles el lifetime achievement muy pronto. Es mercadeo: congraciarse con nichos de consumidores/as relevantes (récord de mujeres y afroamericanos/as premiados, resumió El País). 

Es ser político: patear a Washington (más ahora), promover “minorías” y marcar tendencias futuras, quedar bien con quienes les respaldan política(financiera)mente. También es ser político cuidarse de no levantar demasiada roncha: a ver, que tenemos rednecks y bible-belters que también pagan su boleto en el cine, y que no somos festival europeo o latinoamericano que puede darse el lujo de premiar una película ultravanguardista o cáustica como el cianuro (sorry, Spike).

Por eso muchas veces quedamos dando vueltas cuando esa película tan buena, o esa señorona actriz, o aquel director fantástico se van sin estatuilla, con el Dior, el Ferragamo o el McQueen entre las piernas, y volvé el año entrante a ver si la pegás.

Así que a llorar a otra parte, y nos vamos con la vieja máxima: there’s no business like show business.

La importancia de priorizar al cliente se refleja en una percepción positiva. O negativa cuando no ocurre. 

Para muestra, el reciente estudio de consumo hecho por Kantar Consulting para Hornet, enfocado en la comunidad lgbtiq, que encontró entre otras cosas que el 66% de las personas consultadas dijeron sentirse frustradas por aquellas marcas que les tratan como secundarios, no prioritarios.

En cuestiones de consumo, es claro que la percepción positiva sigue siendo un factor relevante para el permiso de compra o respaldo. Un consumidor que percibe poco apoyo, desinterés o abierto rechazo de una marca sencillamente dejará de comprar sus productos o servicios, y le negará el importante apoyo del boca a boca.

Adicionalmente al hallazgo anterior, Hornet y Kantar encontraron que las personas lgbtiq son usualmente primeros/as entre su grupo de amistades en probar o aceptar cosas nuevas (55%), y en comprar marcas que muestre a otros/as que es una persona exitosa (30%).

El estudio introdujo una diversificación en cómo clasifica a la comunidad, distinguiendo entre personas que se definen con los conceptos tradicionales de gay o lesbiana (identificados por el estudio como “non fluid”) y una población de jóvenes individuos previamente invisibles en mercado, identificados como “fluid”, y que incluye a quienes se definen como bisexuales o queer (Q+).

Q+ incluye a individuos no heterosexuales que se ubican en alguna parte del creciente espectro fluido lgbtq, sin especificar otras etiquetas identificatorias.

Compartiremos por acá varios otros de los hallazgos del estudio, en próximas entregas.

Un conocido sostiene que una tarjeta de presentación cuesta algunos centavos, pero puede valer millones si se la sabe utilizar.

Cierto. La tarjeta de presentación es una herramienta útil porque nos permite colocar en la mano de un posible cliente no solamente nuestros datos de contacto, sino incluso los fundamentos de comunicación que queremos vender.

En estos momentos, tenemos dos alternativas: continuamos con la costumbre de la tarjeta de presentación impresa, o nos rendimos a la tecnología. Vamos por partes.

¿Cuánta gente utiliza hoy el celular como su herramienta 24/7 de comunicación? En Costa Rica, según datos de SUTEL, hay 8,3 millones de líneas celulares inscritas. Esto es un promedio de dos líneas por persona.

Con ese panorama, la digitalización de la tarjeta de presentación se convierte en una alternativa más que atractiva, a través de los códigos QR, que facilitan el networking en la era digital.

LinkedIn, la red de negocios más popular, brinda la opción de convertir el perfil personal en su app en una código QR que pueda compartirse de celular a celular.  El código personal aparece en el ícono al lado de la opción Búsqueda o Search, y se ve así:

La otra opción es general directamente su propio código QR de tarjeta virtual (o vCard). Existen diversos sitios web donde es posible generarlo como una imagen que se puede llevar directamente digital en el celular, o agregarlo a prácticamente toda instancia, incluyendo las tradicionales tarjetas impresas, y que permite guardar los datos de contacto en el smartphone.  Como este:

Sin embargo, para mucha gente (como todavía ocurre con los periódicos) es necesario tener a mano, literalmente, ese pequeño pedazo de papel, la tarjeta impresa.

Si es así, indispensable en una tarjeta para quien todavía apuesta por la impresión:  que sea creativa, colorida, precisa.  El diseño es realmente importante, porque la hace destacar; la precisión, indispensable para ir al punto y no saturar a quien la recibe.

Otro: alineada a la marca de su empresa o servicio. Hacer de la tarjeta un elemento que vincule al su branding, y sobre todo que transmita la imagen de marca.  Es importante el ejercicio de pensar la tarjeta como parte de una estrategia de comunicación mayor, y alinearla a ésta.

En resumen, la tarjeta no debe aburrir y debe ir directo al punto de comunicación que buscamos.

Si la comunicación es narrar historias en texto e imágenes, la tartera de presentación debe estar conectada con su estrategia de comunicación.

Dino Starcevic, Gerente General

Toda vez que le preguntaba a los gerentes de Starbucks en Costa Rica sobre el producto que vendían, la respuesta era la misma: no vendemos café, vendemos una experiencia.

Al igual que Starbucks, muchas de las grandes marcas de la actualidad hacen lo mismo.  El producto es un subproducto, que se vende una vez que la marca ha logrado colocar en sus consumidores la necesidad de vivir una experiencia.

Algunos ejemplos:

 

Hay que preguntarse, ¿qué experiencia o concepto vende mi marca? ¿Estoy comunicando bien esa experiencia o ese concepto?

Dino Starcevic, Gerente General

Unas anotaciones rápidas para entender el valor de la diversidad en términos de cuánta gente pertenece a la comunidad lgbtiq, en este caso relacionadas al turismo en Costa Rica.

Primero, una nota: en términos generales no existe un dato estadístico certero sobre la cantidad de personas lgbtiq, debido al subregistro y la renuencia de buena parte de esa población a ser censada (otro punto, en la mayoría de sitios no se les considera sujeto de censo), pero la estimación histórica apunta a que entre 10 y 12% de la población mundial pertenece a la comunidad lgbtiq.

Dicho esto, tomemos las cifras de ingreso de turistas a Costa Rica, en 2017, aportadas por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) y datos que maneja también la Cámara de Comercio Diversa de Costa Rica, y hagamos inferencias.  Según el Instituto, ingresaron 2,959,869 turistas ese año.  Si consideramos la proyección estadística de 10 a 12% entonces el infograma nos muestra cuántos de ellos fueron turistas lgbtiq.

 

Sumemos el turismo interno. Es decir, el potencial de mercado considerando la población en general del país. En setiembre de 2018 está previsto el nacimiento del costarricense No. 5,000,000. Siguiendo el ejercicio, tenemos entonces este otro infograma que nos apunta la cantidad de personas lgbtiq que posiblemente haya en Costa Rica.

2+2=4. El potencial de consumidores lgbtiq en Costa Rica, locales o turista, ronda entre las 795,987 y las 955,185 personas. Nada mal para una marca que maneje sus comunicaciones y mercadeo tomando en cuenta la diversidad y la inclusión. ¿No les parece?

Dino Starcevic, Gerente General

Una cifra para tomar en cuenta la importancia de un blog como parte de su estrategia de comunicación en redes:  las empresas que cuentan con un blog y lo usan con frecuencia generan más usuarios a su acción que las que no.

Un reporte de HubSpot (State of Inbound Marketing Lead Generation Report) indica que las empresas que bloguean en sus sitios con frecuencia generan 67% más leads (*) que las que no cuentan con un blog, o no lo usan como es debido.

Los posts en blogs son aún el recurso número uno para conectar con sus audiencias y generar seguimiento emocional para el negocio. Adicionalmente, el mismo estudio indica que los posts de un blog cuestan 62% menos por lead que el outbound marketing.

Considerando eso, es importante que una empresa o marca se haga

¿Tengo un blog que mi sitio? ¿Lo uso con la frecuencia correcta? ¿Tengo una estrategia y generación de contenido adecuada para mi blog? A propósito, en Alphabeta Comunicaciones podemos ayudarle con respuesta a las dos últimas preguntas.

(*) Un lead es un usuario que ha entregado sus datos a una empresa y que se convierte en un registro de la base de datos con el que la organización puede interactuar.

Dino Starcevic, Gerente General

Muy interesante la data publicada por XCart sobre el impacto de los influenciadores (influencer) en la red social Instagram, cuyo crecimiento la ha puesto en la mira del branding y el mercadeo.

XCart distingue entre los “advocate” (defensores, podríamos traducirlo), los microinfluenciadores, los pequeños influenciadores, los medios, los grandes, los mega y las celebridades, que ocupan la punta de la pirámide.  La punta porque es la parte más pequeña, pese a estar en lo alto.

Efectivamente, la infografía de datos de XCart indica que la capacidad de influir en la conducta del consumidor a través de Instagram es inversa a la cantidad de seguidores del influencer: el mayor engagement lo logran los defensores, aquellos con 5 mil seguidores o menos, en tanto las celebridades (más de 7 millones de seguidores) y los megainfluenciadores (1 a 7 millones) son los que menos influencia tienen en la conducta de compra de sus seguidores.

Algo que hemos mencionado quienes estamos en este negocio: quienes siguen a celebridades y macroinfluenciadores no necesariamente trasladan ese seguimiento a las compras.  La celebridad es quien interesa, no lo que haga.

Esto, sin lugar a dudas, lleva a poner en revisión las estrategias de mercadeo para las marcas a través del uso de influenciadores/as.

Moraleja: si va a desarrollar una estrategia de posicionamiento de su marca, y desea un impacto real, parece mejor confiar en un posicionamiento de nicho a través de pequeños y microinfluenciadores, y los defensores.

XCart agregó otros infogramas interesantes sobre Instagram, como los pagos promedio que se hace a los influenciadores por sus posteos en esa red,  cuáles son las plataformas que tienen mayor influencia en hábitos de compra, el ascenso de Instagram como red de influencia en compras y cómo el 70% de las marcas top confían en el mercado de influencias.

Vale la pena tomarlos en cuenta.

Cambio y hasta la próxima.

Dino Starcevic

Gerente General

Comencé en el oficio de escribir profesionalmente cuando las máquinas de escribir terminaron de cederle su lugar a los teclados de las computadoras.

Todavía estaba lejos el tiempo en que las hojas de papel iban a ser sustituidas por espacios determinados en una pantalla de computadora, y no llegaba aún la sofisticación de los programas que son capaces de darte, en tiempo real, la cantidad de texto que va uno escribiendo, palabra por palabra.

En aquel tiempo, y durante mucho más teníamos una medida estándar que era la base según la cual calculábamos cuánto podíamos escribir para reportear una noticia, escribir un reportaje, una columna de opinión, incluso la carta de un lector o lectora con deseos de quejarse.  Esa medida base eran 1.500 caracteres.

Escritos en una máquina -de las mecánicas o las computarizadas- 1.500 caracteres son la extensión equivalente de una hoja común y corriente, y su uso se generalizó para calcular la cantidad requerida para textos de distinta extensión.  De mil quinientos en mil quinientos iban acumulándose las páginas, fueran de una simple nota de prensa o de un libro.

Esa cantidad de letras era moneda común de todos quienes escribíamos.

Fue por eso que decidí bautizar este blog con el nombre en clave con el cual quienes escribimos reconocemos la extensión en palabras de una hoja de 8,5 por 11 pulgadas: 1500 caracteres.

Es en parte un homenaje a un tiempo que se esfuma, el de las hojas de papel, y un recordatorio de la persistencia de las cosas.  Mientras el lenguaje binario no se termine de apoderar de todo cuanto hay, sobrevivirá esa medida para indicarnos lo recorrido y lo que falta por recorrer.

Como el tic tac de los relojes mecánicos, el paso de 1500 a 1500 nos recuerda lo inexorable del espacio-tiempo.

Todavía hoy me toca, de vez en cuando, repetirle a alguien que se necesitan mil quinientos caracteres para tal o cual texto, y lleva la consabida pregunta-respuesta de qué es eso.

Por supuesto, les dejo aún más en el aire cuando respondo que se trata de una “cuartilla”.

Bienvenidos y bienvenidas, pues, al blog de Alphabeta Comunicaciones.

Dino Starcevic, Gerente General