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Un conocido sostiene que una tarjeta de presentación cuesta algunos centavos, pero puede valer millones si se la sabe utilizar.

Cierto. La tarjeta de presentación es una herramienta útil porque nos permite colocar en la mano de un posible cliente no solamente nuestros datos de contacto, sino incluso los fundamentos de comunicación que queremos vender.

En estos momentos, tenemos dos alternativas: continuamos con la costumbre de la tarjeta de presentación impresa, o nos rendimos a la tecnología. Vamos por partes.

¿Cuánta gente utiliza hoy el celular como su herramienta 24/7 de comunicación? En Costa Rica, según datos de SUTEL, hay 8,3 millones de líneas celulares inscritas. Esto es un promedio de dos líneas por persona.

Con ese panorama, la digitalización de la tarjeta de presentación se convierte en una alternativa más que atractiva, a través de los códigos QR, que facilitan el networking en la era digital.

LinkedIn, la red de negocios más popular, brinda la opción de convertir el perfil personal en su app en una código QR que pueda compartirse de celular a celular.  El código personal aparece en el ícono al lado de la opción Búsqueda o Search, y se ve así:

La otra opción es general directamente su propio código QR de tarjeta virtual (o vCard). Existen diversos sitios web donde es posible generarlo como una imagen que se puede llevar directamente digital en el celular, o agregarlo a prácticamente toda instancia, incluyendo las tradicionales tarjetas impresas, y que permite guardar los datos de contacto en el smartphone.  Como este:

Sin embargo, para mucha gente (como todavía ocurre con los periódicos) es necesario tener a mano, literalmente, ese pequeño pedazo de papel, la tarjeta impresa.

Si es así, indispensable en una tarjeta para quien todavía apuesta por la impresión:  que sea creativa, colorida, precisa.  El diseño es realmente importante, porque la hace destacar; la precisión, indispensable para ir al punto y no saturar a quien la recibe.

Otro: alineada a la marca de su empresa o servicio. Hacer de la tarjeta un elemento que vincule al su branding, y sobre todo que transmita la imagen de marca.  Es importante el ejercicio de pensar la tarjeta como parte de una estrategia de comunicación mayor, y alinearla a ésta.

En resumen, la tarjeta no debe aburrir y debe ir directo al punto de comunicación que buscamos.

Si la comunicación es narrar historias en texto e imágenes, la tartera de presentación debe estar conectada con su estrategia de comunicación.

Dino Starcevic, Gerente General